Proyecto de expresión y espacio para la tecnología, cultura, empresa, estética y humanidades en generalInformación legalDe camino al trabajo, inmerso en un monumental atasco de tráfico me dio por sintonizaruna emisora de radio especializada en información económica.Normalmente cuando no entiendo de un tema, pues me aburre y lo intento evitar, peroen esta ocasión aguanté, para ver si conseguía enterarme de algo. Pues no, que si tipos,que si ondas, que si fondos, un analista diciendo que si compro tal cosa se podía ganardinero, y mucha terminología que hasta aquel entonces no conocía.Y de nuevo la curiosidad me pudo.Escuchar esa emisora a diario, a casitodas horas, leer publicacionesdiversas en prensa, internet y libros,como no, fueron la antesala para abriren una conocida entidad bancaria unacuenta de valores, cuenta que aún hoyen día sigue existiendo.Una época difícil para empezar aoperar, el estallido de la burbujatecnológica, el ataque el 11S a lastorres gemelas de New York, laintervención militar de EEUU enAfganistán y posteriormente en Irak, los fraudes contables de Enron, WorldComm, lacaída de empresas auditoras grandes, como Arthur Anderssen, etc, .Mucha ambición y poca experiencia para una época revuelta, movimientos bursátilesacusados que podían hacer ganar mucho dinero en un golpe de suerte, así comoperderlo. Con una inversión modesta, ganar en bolsa 1.500 euros en un solo día por unrebote en Repsol, me parecía un logro importante. Y ver cómo un valor como Jazztelganaba un 38% en un solo día, era algo estupendo.Pero yo era un jugador de nivel regional jugando en una liga de campeones. Y luegoaprendí mediante la técnica de la dura realidad que estas ganancias son sólo unagolosina que presagian una tempestad.Entrar en la dirección equivocada era tremendamente fácil, sobre todo si el mercado esbajista y yo sólo sabía ponerme en el lado alcista. Pasó lo que tenía que pasar, le devolvíal mercado todo lo que había ganado y además le di una propina consistente en unabuena parte de mis ahorros.No era suficiente con lo que sabía hacer, necesitaba dar un golpe de efecto pararecuperar lo perdido, hice lo contrario a lo que se debe hacer, arriesgar más. Empecé autilizar instrumentos fuertemente apalancados como los Warrants con el objeto derecuperar rápidamente lo perdido. Un ejemplo claro, clarísimo del error del novato.Y el mercado se encargó de enseñarme cómo no se debe operar. Una verdaderadebacle. Pero eso me hizo reflexionar, necesitaba conocer más, no debía dejar que elmercado me engañe de nuevo. Así que, antes de volver a operar, debía prepararme másy mejor. Y así lo hice, a medida que avanzaba en mis conocimientos, seguía operando,pero esta vez con cabeza y siempre controlando el resultado de la operación. Habíadado un paso nuevo, control de riesgos y gestión de capial.Una preparación consistente en la lectura de un par de decenas de libros de bolsa ymercados financieros, la lectura de decenas de artículos, asistencia a alguna conferenciay por último, acabo de cursar el Master en Mercados Bursátiles y Derivados Financierospor la UNED.Diez años de experiencia operando en bolsa, con mayor o menor intensidad, y laformación recibida no es garantía de éxito, pero me hacen mirar a los mercados sinmiedo, con respeto y sobre todo con dignidad.