Proyecto de expresión y espacio para la tecnología, cultura, empresa, estética y humanidades en generalInformación legal12 de noviembre de 2010Érase una vez que se era, en un lejano país un chico que vivía con sus padres. Tenía unos treintaaños, como sus amigos, tenía estudios, trabajaba y tenía un vida de lo más normal. Pablo, que asíse llamaba, (aunque a efectos de esta historia, el país, el nombre, la edad, la familia, el entorno, etc.no importan demasiado), se levantó temprano, quería tomar el desayuno en la cafetería frente a sutrabajo, con sus nuevos amigos.Les conoció hace poco y enseguida "conectó" con ellos, sí que sabían valorarle, no como susamigos que le consideraba uno más y no habían visto sus cualidades. Se divertía con ellos, pero eramonótono. Tampoco como su familia, que a su edad todavía le seguían llamando "Pablito" y letrataban como un niño pequeño. Y tampoco como sus compañeros de trabajo, que no sabían vermás allá de su nariz. Y por supuesto sus jefes, que no comprendía como podían haber llegado hastadonde han llegado, pues para hacer lo que hacen, lo mismo lo podía hacer él, incluso mejor.Pero estos nuevos amigos habían detectado inmediatamente su potencial. Ya le habían invitado acenar antes en su propia casa, y no veía nada más que sonrisas a su alrededor, nunca le habíanadulado tanto, parecía el centro de la fiesta, era todo fantástico. Pablo se sentía flotando en unanube, era el modelo perfecto, por fín sus chistes eran graciosos.Llegó al desayuno y allí conoció a una chica de la que posteriormente se enamoró perdidamente. Yahabía tenido relaciones antes con otras chicas, pero no salieron bien, pero ella, ella era distinta,también había sabido ver lo que era él en realidad. Una relación perfecta, unos nuevos amigosperfectos, la vida le sonreía.Y el tiempo pasaba, y pasaba rápido.El grupo de sus nuevos amigos iba creciendo, al mismo ritmo que su sentimiento de pertenencia almismo. ¿Para qué quiero yo a mis antiguos amigos si no me sabían valorar tanto como estos nuevosamigos?, pensaba. Poco a poco se fué distanciando de ellos, ¡ya no les necesitaba, ni ellos a él!.Pero es que los problemas con sus padres iban aumentando. El ya era un adulto y no podía permitirque le trataran como lo hacían, quizás sería interesante cambiar de domicilio. No en vano, uno de sus"amigos maravillosos" tenía una habitación libre en una casa, compartida con otros amigosmaravillosos.Y así lo hizo. ¡Por fin independizado!, y ¡encima viviendo con su novia!. Un sueño cumplido.Pero las maravillas del destino no paraban: consiguió la libertad laboral. Ya no tenía que soportarcompañeros estúpidos ni jefes obtusos, se despidió con la seguridad que sus amigos le habíanofrecido de mantenerle hasta que encontrara otro trabajo.Y las primaveras siguieron llegando. Pero ni la flor más hermosa logró frenar la caída de las lágrimasde los padres de Pablo, consumidos por la pena de perder un hijo. Así termina la historia de Pablo,pero así comienzan otras muchas historias, pues lo que le pasó a Pablo le puede pasar a cualquierade nosotros.Por si no ha quedado claro, Pablo cayó en manos de una secta coercitiva.Hay abundante material escrito sobre las técnicas empleadas por las sectas para la captación,adiestramiento y explotación de sus víctimas, busquen ustedes por Internet con la cadena debúsqueda "lavado de cerebro" y verán.El lavado de cerebro es la tarea principal que hacen las sectas para conseguir una anulación total de la individualidad y convertir a la víctima en una simple pieza de un engranaje grupal, donde lasnormas, por supuesto impuestas por un líder piscópata o paranoico, son seguidas sin discusión y alpie de la letra.Son muchas y variadas las técnicas que utilizan las sectas para anular la identidad individual, paradespersonalizar a sus víctimas, alterar su estado de conciencia, y que combinadas entre sí son unabomba emocional. Son unos especialistas en hacerlo y, si la víctima pasa un mal momento osimplemente un momento de falta de afecto percibido, es presa fácil. Cualquiera puede caer, conindependencia de la clase social, estudios, edad y sexo.Una de las técnicas utilizadas se denomina "bombardeo de amor", en inglés "love bombing", que dealguna manera he querido presentar en la historia de Pablo. Es una sobrecarga sensorial de afecto a la que se ve sometida la víctima, que vaya donde vaya, mire donde mire, y haga lo que haga, no sepuede desprender de ella. Ve amor por todas partes, lo palpa, lo siente.Con esta técnica, la víctima va perdiendo poco a poco el sentido crítico y sus razonamientos tienenuna carga emocional, por lo que se hace difícil rebatir las normas de la secta. Poco a poco, ycombinado con otras técnicas, por ejemplo la destrucción del ego, la desestabilización de la mentese va completando.El bombardeo de amor suele darse en los primeros contactos entre la secta y la víctima que, sindarse cuenta, se verá poco a poco apartada de su mundo (amigos, familia, trabajo, etc.) hasta latotal separación del mismo, tal como le pasó a Pablo en la historia. En algunos casos el bombardeode amor puede ir acompañado de sexo, con tal de lograr el objetivo de anular al individuo.Para aquellos que tengan interés sobre el bombardeo de amor, remito al siguiente artículo LoveBombing: sonrisas, seducción y trampa de Juan Manuel Otero, que tiene mayor autoridad en lamateria y lo explica muchísimo mejor que yo.Las sectas son un peligro real para la sociedad, como lo pueden ser la droga, delincuencia, etc. Esun verdadero drama para una familia ver cómo un ser querido se distancia cada vez más, hasta elpunto de perderlo, sin saber qué hacer para evitarlo, pues es la propia víctima la que se aleja de lafamilia y cualquier gesto para atraerlo será interpretado como hostil, acelerando el proceso.Decir, por último, que es extremadamente difícil abandonar una secta una vez que la víctima hacaído en sus redes, pero no es imposible, mediante desprogramación, que ha de realizarse a travésde profesionales de la materia y el apoyo del anterior entorno del afectado, amigos, familia e inclusocompañeros de trabajo, como parte vital en el tratamiento.