Proyecto de expresión y espacio para la tecnología, cultura, empresa, estética y humanidades en general1 de marzo de 2013 Un antiguo compañero, que es licenciado en Física, le suele decir a su hijo que él es científico. No le falta razón y seguro que esto es bien comprendido por parte de muchos nosotros, pero si nos hubieran dicho que es biólogo o licenciado en Química tampoco nos hubiese extrañado ese título de científico. Parece ser que el público en general tiene una idea clara de las disciplinas que pueden catalogarse como científicas, y otras que aún siéndolo, no se tiene tan claro. Tal podría ser el caso de la psicología, quizás por su desarrollo histórico, o tal vez por la imagen que de la misma nos han hecho tener desde algunos medios de comunicación, o puede ser por un aluvión de propuestas de curanderos o grupos pseudo-religiosos que nos ofrecen una milagrosa cura para el alma.Lo cierto es que parece que para algunas personas existen diferentes "grados de ciencia", y hay disciplinas que son más científicas que otras. Así pues para algunas personas la química es "más ciencia" que la psicología.Pero vayamos, como tantas veces se hace, a la definición que la RAE da sobre la psicología. En su tercera acepción psicología es "Ciencia que estudia los procesos mentales en personas y en animales". Una definición bastante discutible y discutida. Sería más preciso indicar, como algunos estudiosos del tema hacen, que es la ciencia que estudia la conducta o los comportamientos de los individuos. Aquí se da más peso a la conducta, pero esto no implica que se elimine el estudio de los procesos mentales, simplemente los engloba.A decir verdad, diversos autores proporcionan diferentes definiciones de la psicología, pero todos coinciden en que "Es la ciencia que ...". Es decir la psicología es una ciencia.Una vez establecido el marco de trabajo, posicionemos dos elementos importantes. Pero para ello utilizaré un ejemplo que sirva como analogía. Imaginémonos una fábrica que mediante el uso de una serie de materiales, como pueden ser el aluminio, caucho, piedra, madera, plástico, vidrio, etc. produce una serie de herramientas tales como destornilladores, martillos, tenazas, tijeras, compresores, cables, etc. Siguiendo la cadena de valor estas herramientas encuentran su aplicación en ámbitos tan variados como talleres de coches, carpinterías, fontaneros, albañilería, relojería, comunicaciones, etc.Imaginémonos ahora una parte de la psicología que mediante la interacción (experimentación, por ejemplo) con una serie de constructos, como pueden ser los procesos psicológicos básicos (motivación, emoción, atención, memoria, aprendizaje, lenguaje, pensamiento, percepción), se produce unos conocimientos que pudieran generar técnicas, métodos y herramientas, como pueden ser por ejemplo el test de Stroop, programas de refuerzo, técnicas de orientación, terapias cognitivas, motivación deportiva, tests psicométricos, etc. Siguiendo la cadena de valor, estas técnicas métodos y herramientas encuentran su aplicación en ámbitos tan variados como el deporte, las empresas, la clínica, psicología jurídica, marketing, publicidad, educación, etc.A la parte de la psicología científica que interacciona con los procesos psicológicos básicos y produce los conocimientos se le llama psicología básica. A la parte de la psicología científica que utiliza en la práctica los conocimientos conseguidos por la psicología básica se le llama psicología aplicada.Vemos pues que la psicología básica y psicología aplicada forman parte de una cadena de valor y entre ellas existe una relación, si se me permite la analogía, de cliente/proveedor. La psicología básica sería una fábrica de conocimientos (proveedor) y la psicología aplicada utilizaría esos conocimientos para su aplicación práctica (cliente).